EL BOSQUE MISTERIOSO
Un diauna pequeña niña decidio buscar una hada para ella, bonita, con alas, pequeña y con pelo largo, asi se marcho a un misterioso bosque que tenia cerca de su casa convencida de que encontraria lo que buscaba. Empezo ha andar y andar hasta que se encontro con una viejecita que tenia la cara arrugada y el pelo largo la chica le dijo:
-¿Quien eres tu?
Pero la viejecita no respondio la chica muy perseverante volvio ha preguntar:
-¿Hay hadas por aqui?
-No, pero sé dónde hay- dijo la viejecita.
-¿Me podría decir dónde están?-dijo entusiasmada la chica.
-Eso depende, ¿quieres el hada para disecar o para arrancarle las alas?
-¡No! La quiero para jugar con ella y convertirme en hada después.
-Bueno,
entonces ven conmigo.
Qué quieres, ¿ser hada primero y encontrar luego
el hada, o primero la encuentras y luego eres hada?
-Me gustaría ser hada cuanto antes mejor. – dijo la chica.
-Muy bien. – dijo la viejecita.
Así
que se dirigieron hacia una choza que parecía abandonada. Cuando
entraron la chica se quedó boca abierta porque no se creía lo que estaba
viendo. La choza estaba llena de ollas con un fuego de llama azul, una
gran chimenea y unos buhitos recién nacidos con su madre en un rincón.
La anciana empezó a sacar botes de un armario, colocándolos sobre una
mesa que había al lado de una olla de gran tamaño. Acto seguido metió su
contenido en la olla junto con las palabras:
De la olla salió una preciosa hada tal como ella quería. La viejecita le dijo a la chica:
-Esta pequeña hada será tu nueva compañera, se llama Luz, solo falta que le pidas el deseo de convertirte tú también en hada.
La
chica se sorprendió muchísimo, pero hizo lo que le había pedido. A los
pocos segundos empezó a encogerse y de repente…¡Pum!, ella también se
transformó en una preciosa hada.
-Gracias, gracias-dijo la chiquilla.
-De
nada. Ahora tenemos que volver al bosque, pero no te asustes ya que al
convertirte en hada ahora podrás ver lo que había invisible para la
vista de las personas corrientes. Allí encontraremos a otras hadas y
nuevos amigos.
– Tú sígueme-dijo Luz.
Al
salir aparecieron en un bosque totalmente distinto al que conocía la
pequeña. En él se encontraban duendes, árboles charlando, setas
celebrando el cumpleaños de una ardilla, y hadas, muchas hadas. Una
rubia, otra morena, otra marrón, otra verde, otra azul, otra amarilla,
otra negra, y así de todos los colores. Sus nuevos amigos del bosque
mágico bautizaron a la niña convertida en hada con el nombre de Pétalo.
Pétalo encontró el hogar que deseaba junto a las hadas y otras criaturas
que le mostraban la belleza de bosque junto con la fantasía y magia de
su mundo.
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